Estaba sentado en la butaca del cine viendo la película de cowboys por
segunda vez. Éramos solo cinco en la sala, el hombre de atrás no dejaba de
patear mi asiento y el bebé de al lado no dejaba de llorar. ¿Quién trae bebés a
esta película? Era una noche helada, incluso podía jurar que afuera nevaba.
En
mitad de la película, la naturaleza llamó, así que me levanté y me
dirigí al baño. Todos estaban ocupados, por lo que fui al que estaba clausurado.
Cuando lo revisé parecía estar en perfectas condiciones, por lo que no me
importó.
Cuando terminé, salí
para lavarme las manos. Abrí la puerta y el calor me golpeó. Miré alrededor y
me di cuenta
de que ya no estaba en el baño del cine, parecía
que estaba
en otra época. Era un baño mucho más chico, en el que parecía
que entraban solo cuatro personas, incluso menos.
- Sheriff, él está
aquí- gritó un hombre desde afuera.
Su
voz ya la había escuchado en algún lado. Salí del baño, toda la gente
estaba escondiéndose debajo de las mesas de lo que parecía ser un bar. Todo
estaba en silencio. Me asomé por la ventana para ver lo que ocurría. Pude
distinguir afuera a seis hombres en el medio de la calle de tierra. Todos usaban
botas, jeans con chaparreras y camisas, algunos usaban sombrero. Todos tenían
armas. Había un hombre frente a ellos.
-
Bart Bogue- llamó uno del grupo al hombre que seguía frente a ellos.
-
Vengo a rendirme- respondió.
Y en ese momento me di
cuenta: estaba dentro de la
película que hace unos minutos estaba mirando en el cine.
Corrí asustado al baño.
Entré, cerré la puerta y luego volví a abrirla. Esto no
puede ser real, tengo que estar soñando. Abrí y cerré la puerta cinco
veces más, pero nada pasaba, continuaba dentro de la película. Salí del bar
pidiendo ayuda.
- ¡Fuego! - gritó uno de los hombres, y luego muchos comenzaron a salir
de sus escondites para disparar al grupo. Algunos entraban a atacar al bar.
Intenté correr, estaba en el medio del tiroteo. Una bala me atravesó el cuerpo,
pero siguió de largo y le dio a uno de los hombres.
Entré temblando a una casa, una bala me había atravesado sin hacerme
daño, era imposible. Investigué la casa: un hombre estaba
sentado en el comedor. Se levantó para asomarse a la ventana, creí que nos
chocaríamos, pero me atravesó como la bala lo había hecho.
Al final del día, todos estaban festejando en el bar:
era el final de la película. No sabía qué pasaría conmigo.
¿Lograría volver? Me senté en una de las sillas del bar y cerré los ojos,
estaba demasiado cansado como para seguir despierto.
- Tienes que esconderte- me dijo el dueño mientras me
sacudía.
Me estaba hablando a mí.
-Hablo en serio, el tiroteo está por comenzar- repitió.
Me escondí debajo de la mesa cuando empecé a escuchar los disparos. No
podía entender. Las escenas de la película se repetían
todas de nuevo, pero los personajes me veían. ¿La bala podría dañarme
ahora? ¿El hombre chocaría conmigo?
El tiroteo comenzó. Un hombre entró al bar. Agarró a la mujer que estaba
escondida y le colocó el arma en la cabeza. Había un revólver en una mesa cerca
de mí. Yo intentaba esconderme, pero mi cuerpo
no reaccionaba y mis manos tomaron el arma. Intenté soltarla, yo no quería
disparar, pero no podía controlarme. Mis movimientos eran automáticos, como si
alguien me obligara a hacerlos. Disparé, maté al hombre. Inmediatamente tiré el
arma al piso, pero ya era tarde. Salí corriendo. Atravesé el campo de batalla y
entré a una casa. No sabía dónde era, tampoco me importaba, solo quería huir de
lo que acababa de hacer.
Cuando me di cuenta dónde estaba, me asusté. Era la misma casa que el
otro día, todo se estaba repitiendo. El mismo hombre estaba sentado en su
silla, y volvió a levantarse para dirigirse a la ventana. Volví a quedarme
quieto, necesitaba ver qué sucedía. Cuando llegó a mí, me miró.
-¿Quién eres?- me preguntó.
Me había visto.